La T1 de Ricard Bofill

Hace unos meses se inauguró la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona, conocida como T-1. Obra del conocido arquitecto Ricard Bofill. Se trata de un moderno edificio que destaca principalmente por su gran sencillez y del que cabe destacar la forma de la cubierta inspirada en el perfil de una ala de avión. Otros aspecto destacable es el aprovechamiento de la luz natural, que penetra tanto por los laterales como por la cubierta, haciendo innecesaria la iluminación artificial durante el día en buena parte del edifico. Otro detalle interesante, es la existencia de dos patios internos, al aire libre, en el que tanto los fumadores y los viajeros pueden salir a pasear o a sentarse en los bancos que han sido instalados.

La cubierta en forma de ala

Sin embargo, a pesar de tantos logros el edifico presenta algunas deficiencias que demuestra que muchas veces prima más lo estético que lo práctico, como por desgracia suele ocurrir en estos casos.

En primer lugar habría que destacar la poca calidez que desprende el nuevo edifico. Consecuencia seguramente del gran volumen del edificio y de los colores utilizados, no especialmente cálidos. Otro aspecto criticable del nuevo edifico son las nuevas zonas de embarque. La mayoría de los aviones de la nueva terminal se encuentran estacionados a los dos lados de un gran “pasillo”. Los viajeros que necesitan coger el avión al final de este espacio han de recorrer una gran distancia. El principal problema en esta zona se presenta durante los embarques de los vuelos, ya que la gente se suele colocar delante de la puerta de embarque, obstaculizando los pasajeros que se dirigen hacia otras puertas o que acaban de aterrizar y que se encaminan hacia el exterior.

Los locales comerciales bloqueando la entrada de la luz solar

A pesar de que como ya he comentado se intenta aprovechar de forma importante la luz natural, el corazón de la nueva terminal se encuentra bastante desaprovechado desde este punto de vista, ya que la ubicación de los espacios comerciales supone la obstaculización de la luz natural, haciendo necesaria la utilización de la luz artificial ya que, a pesar de las grandes paredes acristaladas que dan al exterior, reina la oscuridad.

Las grandes paredes acristaladas

Las instalaciones eléctricas, contra incendios, climatización, etc., han sido muy bien integradas estéticamente dentro de la construcción del edificio, ya que no son visibles o están muy disimuladas en la construcción. Sin embargo, es posible que cualquier trabajo de mantenimiento resulte laborioso debido a que muchas instalaciones están integradas en los elementos constructivos. Aunque es posible que exista algún tipo de zona técnica que facilite el acceso a las instalaciones en algunas partes del edificio.

Israel Muñoz

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