En primer lloc, Albert Mercadé, crític d'art de Bonart, ens fa una visita guiada per l'exposició "Her Memory" que va tenir lloc fa mesos a Barcelona. La seva explicació és realment interessant i amena (tant debó ens pogués acompanyar a les nostres visites a exposicions!). I si us quedeu amb més ganes d'aprofundir en aquesta artista, us recomano que continueu llegint l'article de més abaix.
No es nada habitual que un museo organice una visita guiada a la exposición de un artista a sus espaldas, pero esto es lo que ocurrió ayer en la Fundació Miró. Terminada la rueda de prensa sobre la instalación Her memory (Su memoria), Kiki Smith, neoyorquina nacida en Núremberg (Alemania) en 1954, se esfumó.A petición de los presentes, la jefa de programación de la Miró, Martina Millà, se arriesgó a hacer un recorrido comentado por las obras, controlando los pasillos con el rabillo del ojo para que la artista no la descubriera. "Ella pretende que todo quede muy abierto, que queden cosas sin explicar, como en la vida", susurraba Millà. Por eso no hay ningún panel informativo en todo el espacio expositivo.Minutos antes, Kiki Smith se había definido como una "persona que va por la vida con la antena puesta, cogiendo cosas que me llegan de aquí y de allá y que, al final, hace lo que le sale en el momento", como si su método creativo fuera una particular adaptación de la teoría del caos. Poco más pudo concretar la artista, agotada después de haber terminado el montaje a altas horas de la noche.
No es nada habitual que un museo organice una visita guiada a la exposición de un artista a sus espaldas, pero esto es lo que ocurrió ayer en la Fundació Miró. Terminada la rueda de prensa sobre la instalación Her memory (Su memoria), Kiki Smith, neoyorquina nacida en Núremberg (Alemania) en 1954, se esfumó.A petición de los presentes, la jefa de programación de la Miró, Martina Millà, se arriesgó a hacer un recorrido comentado por las obras, controlando los pasillos con el rabillo del ojo para que la artista no la descubriera. "Ella pretende que todo quede muy abierto, que queden cosas sin explicar, como en la vida", susurraba Millà. Por eso no hay ningún panel informativo en todo el espacio expositivo.Minutos antes, Kiki Smith se había definido como una "persona que va por la vida con la antena puesta, cogiendo cosas que me llegan de aquí y de allá y que, al final, hace lo que le sale en el momento", como si su método creativo fuera una particular adaptación de la teoría del caos. Poco más pudo concretar la artista, agotada después de haber terminado el montaje a altas horas de la noche.
LA INSPIRACIÓN
Los dibujos, grabados, esculturas, objetos y fotografías de mujeres que componen la instalación Her Memory --ella no lo llama exposición, porque considera que es una sola obra compuesta por varios elementos, como si se tratara de letras del alfabeto que se combinan para dar nuevos significados-- surgen de dos fuentes de inspiración: un precioso tapiz de seda bordado por una adolescente, Prudence Punderson, durante la guerra de Secesión americana, y una exposición retrospectiva de la artista Elizabeth Murray (Chicago, 1940-2007), con la que Smith guarda cierto parecido físico.Ambas cosas la llevaron a dar vueltas en torno al ciclo de la vida, la creación y la muerte, un tema que la obsesiona desde que descubrió la iconografía religiosa de la Edad Media y las múltiples representaciones pictóricas de La anunciación. En la Fundació Miró, Kiki Smith ha colocado a Elizabeth Murray en el papel de la virgen María. La artista recibe la inspiración divina y dará luz a una obra de arte. La mujer creadora que envejece y pasa el testigo a otra mujer joven, la experiencia femenina que se comunica de una generación a otra, es el tema central de la instalación.
PAPEL MACHÉ Y PURPURINA
Aunque se considera heredera del movimiento feminista y de artistas como Nancy Spero --"¡estaríamos locos si no deseáramos un mundo mejor para las mujeres!", exclama--, ella asegura que su arte no es ideológico. Sin embargo, cualquiera que entre en el universo de Her memory identifica inmediatamente que es un trabajo hecho por una mujer. No solo por la omnipresencia de figuras femeninas, sino por el uso de materiales considerados humildes (papel maché, purpurina), por la disposición a lo largo de las salas de sillas y ramos de flores que dan sensación de hogar, y por un aire de cuento de hadas que impregna todo el espacio.Las representaciones traumáticas y brutales del cuerpo humano convirtieron a Kiki Smith en una artista de referencia en los años 80, aunque esta es la primera vez que su obra se expone en Cataluña --"sintomático, ¿verdad?", apunta Martina Millà--. Desde entonces, su obra ha evolucionado hacia una estética más romántica y pacífica, manteniendo la mirada enfocada en el cuerpo femenino y en los ciclos vitales de la naturaleza.Sus dibujos no tienen las proporciones perfectas, el soporte es un papel arrugado, las obras están pegadas a la pared con un par de chinchetas y si, algún cuadro queda torcido, no importa. Además, cuenta, "no tengo mucha imaginación ni una vida fantástica". A pesar de sus esfuerzos por huir de los cánones artísticos y de la perfección, la obra de Kiki Smith se encuentra en los principales museos de arte contemporáneo del mundo.
Article de GEMMA TRAMULLAS - BARCELONA, extret d'aquí.
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